Pilladas In Fraganti
¿Alguna vez os han pillado en pleno tema con la pareja? ¿os cortó el rollo? o en cambio, ¿eso os puso más? A Paolo y a mi nos habrán pillado un par de veces, aunque la primera nos cortó el rollo de tal manera que vamos.
Eramos muy jóvenes, no teníamos casa donde poder tener sexo cada vez que quisiésemos, así que como toda pareja joven, nuestro picadero era el coche.
Hay una playa en nuestra ciudad, que es muy tranquila, casi no van coches, no se escucha ruido, solo oyes el mar, las olas... vamos, un paisaje que pone cachondo a cualquiera, y en un coche con todo el roce que hay, pues enseguida te entran ganas de montártelo allí mismo.
Pues estábamos Paolo y yo a nuestras cosas cuando me dice:
- Didi, creo que oigo un coche.
Y yo que era muy asustona y muy vergonzosa, me quería morir, pero es que no veía ninguno! Así que seguimos a lo nuestro. A los pocos minutos, pegan en la ventanilla del coche, ¡pensé que me iba a dar un infarto!, y una luz muy potente empezó a alumbrarnos; ahí es cuando pensé que iba a desmayarme directamente, ¡la policía!
Valiente cuadro!!! yo sentada a horcajadas sobre Paolo, este con los pantalones bajados hasta los tobillos, vamos... hemos estado más sexys en otros encuentros, pero es que ahí íbamos a lo que íbamos!
Menos mal que debimos de darles pena, que cuando se percataron que eramos simplemente una pareja que lo único que querían era un poquito de "amor" el uno del otro, se marcharon y nos dejaron que acabásemos con nuestra tarea.
Luego la segunda vez fue mejor, en nuestra casa, las paredes no es que sean finas, no; tú imagínate que estás sentada en tu salón y sientes que tienes a tu vecino a tu lado contándote sus cosas porque es como si no hubiesen paredes.
Pues una tarde, después de comer, nos entró a Paolo y a mí, unos calores que quisimos quitarnos en el dormitorio. Recuerdo que fue un sexo espectacular, de esos que te dan ganas de contárselo a tus amigas varias veces, porque son de los que hacen temblar las paredes. Los gemidos eran bien notables, pero nos daba igual, estábamos desatados!!!
Cuando terminamos, nos fuimos a la ducha, y mientras estábamos duchándonos, oímos a la madre de Paolo hablar, nos miramos y dijimos: imposible.
Pero si, la madre de Paolo junto con su padre, habían ido a visitar al vecino, pues eran amigos, y de vez en cuando tomaban café juntos; así que sus padres habían estado oyendo todo nuestro recital de gemidos, en la casa de al lado, con el vecino como espectador también.
Ni que deciros que estuvimos semanas sin aparecer por casa de los suegros.
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